En la mayoría de las industrias, los sectores de limpieza, costura, seguridad y alimentación, son de los más invisibilizados. En ellos predominan plantillas altamente feminizadas y atravesadas por condiciones laborales frecuentemente precarizadas. Impulsar acciones de sensibilización y formación en violencia de género no es solo una buena práctica: es una necesidad.
Las organizaciones tercerizadas de estos rubros suelen operar en entornos donde las trabajadoras tienen menor visibilidad, menor estabilidad contractual y menor acceso a los canales formales para realizar denuncias o pedir acompañamiento. A esto se suma que, por las características de su trabajo diario, están distribuidas en varias localizaciones, lo que hace que muchas se desempeñen en sitios alejados o en espacios reducidos donde los acompañamientos son limitados. Estas condiciones pueden incrementar la vulnerabilidad frente a situaciones de violencia laboral y de género.
El Proyecto de fortalecimiento en violencia de género, financiado por las Embajadas de Canadá, Nueva Zelanda y Australia permitió a Grow- género y trabajo construir herramientas específicas de abordaje, como protocolos y guías, sensibilizar a mujeres en violencia de género y formar a equipos dentro de las organizaciones para que puedan especializarse en estas temáticas.
Durante los talleres de sensibilización desarrollados bajo el nombre de “Desnaturalizar la violencia, Conocer para reconocer”, fue posible identificar la presencia de distintas formas de violencia que muchas veces permanecen ocultas o naturalizadas. Surgieron relatos de violencia psicológica, simbólica, económica y sexual, así como situaciones de violencia en el ámbito doméstico. Estas experiencias evidencian no solo la urgencia de continuar trabajando en prevención y acompañamiento, sino también el valor de generar espacios seguros de escucha y contención donde las mujeres puedan reconocer, nombrar y abordar estas problemáticas.
Desde Grow- género y trabajo creemos que las sensibilizaciones realizadas no solo impactan puertas adentro, también se multiplican en las familias y entornos de las personas destinatarias. Las organizaciones que participaron de estas iniciativas demuestran un claro compromiso con la equidad y el cuidado de las personas que integran su organización, contribuyendo al desarrollo de una cultura laboral respetuosa, segura y libre de violencias.
Promover talleres de sensibilización, protocolos de actuación, canales de apoyo y espacios de escucha es una necesidad en estos contextos actuales de adversidad. Reconocer el rol clave de las trabajadoras de limpieza y alimentación, muchas veces invisibilizado, y garantizarles entornos libres de violencia es un paso imprescindible hacia la construcción de un trabajo más igualitario y seguro para todos y todas.



