. AMBITO
Se trata de una jornada para celebrar y reflexionar sobre qué figuras paternas estamos construyendo como sociedad.
Este domingo se festeja en Argentina el día del padre. Un día para celebrar, pero también para reflexionar sobre qué figuras paternas estamos construyendo como sociedad, y desafiar viejos estereotipos. Desde Grow-género y trabajo creemos que el cuidado debe ser pensado como un derecho, y que las organizaciones empleadoras pueden realizar acciones concretas para garantizarlo.
Viejos mandatos
Al día de hoy siguen operando ciertos mandatos de la masculinidad que ubican al hombre en el lugar de proveedor del hogar. Y aunque en las últimas décadas las mujeres se han ido incorporando cada vez más al mercado laboral, los datos muestran que ante mayor cantidad de hijos o hijas en las familias, mayor es la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres (Indec). La contrapartida de esto es la desigual distribución de las tareas de cuidado. Según la última Encuesta nacional de uso del tiempo, las mujeres dedican 7,5 horas diarias a este tipo de tareas, frente a 3,9 de los hombres.
Es que si bien aquel jefe de hogar, figura de autoridad, se fue desplazando a un padre más involucrado en compartir tiempo con su familia, este tiempo suele estar dedicado a ciertas actividades, en general lúdicas o recreativas, y en el espacio público; mientras que las mujeres siguen dedicándole mayor cantidad de tiempo aquellas tareas vinculadas al ámbito privado, así como a la organización y planificación de la vida familiar.
El rol de las organizaciones
En este contexto, es interesante analizar un dato que surge de estudios recientes, que muestran que 8 de cada 10 hombres valoran ejercer una paternidad más activa (Provokers). ¿Qué los frena, entonces, a involucrarse aún más? Las respuestas a esta pregunta seguramente sean diversas, pero desde Grow-género y trabajo creemos en la responsabilidad que tienen las organizaciones en promover paternidades más activas y afectuosas. ¿Y qué pueden hacer? En primer lugar, revisar los regímenes de licencias. En nuestro país, la ley de contrato de trabajo establece una licencia por paternidad de solo dos días corridos. Ampliar estas licencias es un paso fundamental para dar un mensaje claro: los hombres deben hacerse responsables de las tareas de cuidado, y tienen el derecho a hacerlo.
Pero al mismo tiempo, muchas veces las licencias no son suficientes, ya que la cultura organizacional no promueve un uso efectivo de las mismas. Miedo a represalias, o a que el uso de licencias no sea bien valorado para la carrera profesional, pueden funcionar como barreras que limitan el involucramiento de los padres en el cuidado. Por eso es fundamental el rol de los líderes: contar con liderazgos que promuevan activamente el uso de las licencias, y que practiquen con el ejemplo, para naturalizar estas prácticas, y que no sean vistas como barreras al crecimiento profesional.
Este domingo puede ser la oportunidad para reflexionar sobre qué paternidades estamos promoviendo. Pero para eso es importante entender el rol que las organizaciones tienen en profundizar los cambios que la sociedad viene experimentando, y comenzar a pensar en el cuidado como un derecho.