El acceso igualitario al cuidado sigue siendo una deuda en el ámbito laboral. Mientras las mujeres cargan con la mayor parte de las tareas, los hombres enfrentan licencias mínimas y culturas laborales que aún penalizan la corresponsabilidad. El desafío es repensar los liderazgos y construir espacios que permitan ejercer el derecho al cuidado sin estigmas ni miedos.
En Argentina, la ley establece una licencia por paternidad de apenas 2 días corridos. Esta disposición no solo resulta insuficiente, sino que también envía un mensaje claro sobre el modelo de paternidad que se sostiene: una figura secundaria, lejana del cuidado cotidiano. Desde Grow – Género y Trabajo, observamos cómo esta limitación reproduce un esquema donde el cuidado queda casi exclusivamente en manos de las mujeres, mientras los varones quedan relegados de un vínculo cercano y afectivo con sus hijas e hijos.
¿Cómo pueden las organizaciones y sus liderazgos transformarse en agentes de cambio?
Las empresas tienen un rol que trasciende el mero cumplimiento legal. Aunque la ampliación de licencias es un paso necesario, por sí sola no alcanza. Se trata de construir culturas organizacionales que reconozcan el derecho al cuidado como un derecho universal, sin distinción de género.
Según datos de MenCare – una campaña global presente en más de 70 países – muchos hombres temen pedir licencias por miedo a represalias, perder oportunidades laborales o ser juzgados. Este dato revela una barrera cultural: los derechos no son suficientes si el entorno laboral no los respalda activamente.
El rol decisivo de los liderazgos
Desde Grow – Género y Trabajo acompañamos a organizaciones en el desafío de crear condiciones que hagan posible una verdadera conciliación entre la vida laboral y personal. Los liderazgos cumplen un papel central porque:
Las decisiones jerárquicas modelan comportamientos: cuando los líderes ejercen sus licencias, flexibilizan horarios y promueven la corresponsabilidad, legitiman prácticas de trabajo saludables.
La comunicación interna derriba sesgos: capacitar al personal en el ejercicio de masculinidades más abiertas permite desafiar estereotipos y cuestionar el mito de que “cuidar es cosa de mujeres”.
Las políticas deben ser accesibles y reales: las licencias igualitarias, los horarios flexibles o el teletrabajo son efectivos únicamente si se promueve su uso sin estigmas ni consecuencias negativas.
Según MenCare, los hombres que participan activamente en el cuidado fortalecen el desarrollo infantil, mejoran su salud física y mental, reducen los niveles de violencia y construyen vínculos de pareja más saludables.
Repensar los liderazgos desde la corresponsabilidad no es solo una cuestión de derechos, es una estrategia inteligente para el desarrollo organizacional.
En esta línea, desde Grow – Género y Trabajo impulsamos el programa “Hombres Trabajando(se)”, un espacio de formación destinado a personas en puestos de liderazgo. Porque las transformaciones profundas requieren respuestas concretas desde el mundo del trabajo y porque promover liderazgos que habiliten nuevas formas de ejercer la paternidad es clave para construir sociedades más igualitarias.