Por Carolina Garber
México atraviesa un momento clave para consolidar una agenda de inclusión y bienestar en el mundo del trabajo. Con la reciente presentación de un conjunto de reformas impulsadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, el país da pasos firmes hacia el fortalecimiento de los derechos laborales de las mujeres y la construcción de entornos laborales más justos, igualitarios y libres de violencia.
Las propuestas, actualmente en proceso legislativo, colocan temas centrales en la agenda pública como la brecha salarial, la participación de mujeres en puestos de liderazgo y la violencia laboral. Estos avances abren una gran oportunidad para que las empresas mexicanas revisen sus políticas internas, se anticipen a los nuevos marcos regulatorios y avancen hacia estándares internacionales, como los establecidos por el Convenio 190 de la OIT sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
Entre los puntos destacados del paquete de reformas se incluyen la incorporación de la definición de brecha salarial de género en la legislación mexicana y el desarrollo de mecanismos para su erradicación; el fortalecimiento de la participación de las mujeres en puestos directivos y; la ampliación del enfoque de la violencia laboral.
Estas iniciativas se dan en un contexto regional en el que el mundo del trabajo se está transformando. Un informe elaborado por Grow – género y trabajo & MundoSur en 2024, que recoge más de 3.200 respuestas de diversos países de América Latina, muestra cómo las personas identifican con claridad situaciones que afectan su bienestar laboral y que aún son frecuentes en los entornos organizacionales, con mayor impacto en mujeres, personas LGBTIQ+, racializadas o migrantes.
El camino hacia la erradicación de estas prácticas requiere el compromiso de todos los sectores. En ese marco, las empresas juegan un rol protagónico: no solo como espacios de trabajo, sino también como agentes de cambio que pueden generar entornos seguros, diversos e igualitarios.
Avanzar en esa dirección implica establecer metodologías claras y homologadas para medir la brecha salarial, permitiendo comparaciones por sectores, niveles jerárquicos y tipo de organización, y diseñar políticas integrales de prevención de la violencia laboral, que contemplen tanto la dimensión interpersonal como las desigualdades estructurales que afectan las trayectorias laborales de las mujeres y otras poblaciones.
En este nuevo escenario, las empresas mexicanas tienen la posibilidad de posicionarse a la vanguardia de los cambios. No solo se trata de cumplir con la normativa, sino de construir culturas organizacionales basadas en el respeto, la equidad y el bienestar. Integrar esta agenda es clave para atraer y retener talento, aumentar la productividad y responder a las expectativas sociales, económicas y éticas del mundo actual.
El camino hacia la igualdad y el bienestar en el trabajo se construye paso a paso. Cada avance legislativo, cada política interna y cada transformación cultural contribuyen a un mundo laboral más justo y humano. Desde Grow – género y trabajo acompañamos a organizaciones en México y la región en ese recorrido: ofrecemos diagnósticos, formaciones, asesoramiento para la implementación del Convenio 190, diseño de políticas de igualdad y acompañamiento en procesos de certificación y fortalecimiento institucional. Porque crear espacios de trabajo inclusivos, equitativos y libres de violencia no solo es posible, sino necesario. Y hacerlo con apoyo experto marca la diferencia.
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